La Juventud cada día pareciera tener menos futuro, posibilidad de logros, entre otras cosas. Los vicios y la corrupción los atrapa (Jóvenes), se guían de su corazón creyendo que es lo mejor, y se olvidan que el gran Dios sobre todo los juzgará. Algunos jóvenes que se dicen ser cristianos no valoran o aprecian el gran privilegio de servir a Cristo en su juventud, por el contrario juegan con la sangre de Cristo, constritan al Espíritu Santo cuando prefieren andar en los vicios o el sexo; rechazando así las maravillosas cosas, dones y regalos que provienen de Dios.
Otros, en el cuerpo de Cristo, no construyen sino que destruyen, son piedras de tropiezo cuando se dejan utilizar por el enemigo. La envidia, el rencor, el odio los dominan y poco a poco comienza a apoderarse de ellos; cuando por misericordia de Dios se dan cuenta de todo lo sucedido se hunden en la vergüenza y la depresión, en este momento, es cuando piensan: nos vamos de la Iglesia y nos apartamos del amor de Dios; y luego en nuestra condición de humanos nos escondemos de Dios, sabiendo que no nos podemos esconder de él y que él nos puede limpiar, transformar y perdonar. Además, de hacer que todo lo físico y espiritual sea un nuevo comenzar, lo único que se necesita para lograr estas cosas, luego de reconocer nuestros delitos y pecados, es reconocer e ir a él con un corazón constrito y humillado ¿Por qué que Padre no recibe a su hijo de vuelta a su hogar?. Posteriormente, hay que fijar un propósito (requiere valor y confianza) estrechamente relacionado con Dios, cúmplelo con fortaleza y esfuerzo, y comienza a disfrutar de sus bendiciones y una vida bajo su Voluntad
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